jueves, 26 de junio de 2008

La última quincena de abril y las rondas campesinas: la democracia en acción


Nota previa: si bien el concepto de democracia no pertenece estrictamente al horizonte cultural de las rondas campesinas, lo utilizo por su alta legitimación en el mundo occidental y occidentalizado, lo que ayuda a traducir "al castellano" (o al inglés) lo que hacen las rondas campesinas que pude observar.


Digamos que se instala en Sicuani una persona que quiere conocer la realidad de la justicia comunal del sur andino y decide asistir a gran parte de los encuentros ronderos durante la última quincena de abril.

Así, sólo entre el 16 y el 30 de ese mes se han producido al menos 4 eventos de esta naturaleza. Dos grandes en Puno de ámbito provincial, en Ayaviri y Carabaya; uno en Maranganí, comunidad de Occobamba, de corte distrital; y una celebración multicomunal por los 15 años de su central en San Pablo. Y es que, como no podía ser de otra manera, las rondas campesinas del sur andino son actores sumamente dinámicos, en constante movimiento, organizados y en expansión.

Su dinamismo y organización se pudo apreciar en cada uno de los encuentros mencionados, pero especialmente en el acaecido en Ayaviri, el 18 y 19 de abril. En el Apu Colquemarque se reunieron aproximadamente 800 comuneros para rendir homenaje a los símbolos patrios, debatir la problemática del campo y la realidad nacional peruana, solicitar rendición de cuentas a sus autoridades oficiales, compartir la comida —en el sentido bíblico del término—, sus usos y costumbres, pero sobre todo para fundar la central provincial de rondas campesinas de Melgar. Esta importante organización se sostiene sobre la base de las contrapartes distritales, que agrupan a su vez a las rondas existentes en las diversas comunidades de la provincia y sirve de instancia de coordinación entre éstas, así como de legítimo (y empoderado) interlocutor con las autoridades oficiales de gran nivel.

Se trata pues de un avance importante y novedoso para Melgar, que se desarrolla siguiendo el ejemplo de otras centrales provinciales, como la de Carabaya, justamente donde se produjo el segundo de los hatun encuentros de la quincena, el 20 de abril de este año.

Ya un nivel más disgregado, en Maranganí, comunidad de Occobamba se realizó un encuentro distrital de rondas campesinas, el mismo 20 de dicho mes. En dicho encuentro se pudo apreciar, además de un gran respeto por los símbolos patrios, la democracia en acción: frente a los comuneros reunidos, desfilaban diversas autoridades oficiales a rendir cuentas sobre su gestión. Se presentó el juez de paz, el gobernador, el alcalde, el policía, entre otros, para explicarle al pueblo sobre sus progresos en diversos temas y para dejarse interpelar por él, respondiendo a sus cuestionamientos.


Asimismo, se compartió también la comida entre comuneros, autoridades e invitados y se retomaron los números del programa con una evaluación (importante aunque poco fina) de la realidad nacional peruana y se armó un interesante debate sobre el respaldo constitucional a la justicia rondera.

Tratando de englobar todo en algunas palabras diríamos que estos 15 días de la reuniones ronderas son una experiencia de orden, rendición de cuentas, capacitación, disciplina y todo ello con preponderancia del runa simi, y no del castellano que no es el idioma propio de la gente. En suma, estamos ante casos palpables de democracia en acción.

Y como no puede ser de otra manera, esto se debe celebrar. Así, el 23 de abril en San Pablo se realizó un encuentro multicomunal para festejar los 15 años de su central, encontrándose en tránsito a convertirse a rondas campesinas, pues estaban constituidos como comités de autodefensa. Con discursos, números musicales y capacitaciones sobre justicia comunal los hombres y mujeres del campo de las comunidades de Irubamba, Huayllani y Orccocca se convocaron para compartir sus alegrías y sus alimentos. No faltaron los bailes típicos ni la bebida propias de toda celebración. Hasta las nubes de lluvia que quisieron opacar la tarde cuando nos retirábamos a Sicuani, tomaron nota de lo que sucedía bajo sus barrigas y dejaron que la fiesta continúe. A la democracia se la celebra. Y parece que en eso nos hemos puesto de acuerdo tanto las personas como los fenómenos naturales en el sur andino.

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