domingo, 14 de diciembre de 2008

Padres Maryknoll se despiden de Juli

Foto: www.misiones.catholic.net


La historia de la iglesia católica del sur andino ha sido un ejemplo de cómo los laicos y religiosos caminan juntos, comprometidos con la fe y la justicia en la construcción del Reino de Dios en la tierra. Pude comprobar algo de eso, en el corto período que estuve de pasante en la Vicaría de la Solidaridad en Sicuani, justamente una oficina de la iglesia, y conversé laicos y religosos de Sicuani, Ayaviri, Juli, etc.

Lamentablemente, el viento que sopla por esos lares es distinto al del antes. La iglesia oficial, encabezada por el conservadurismo, "abandona" ese estilo de trabajo y los laicos se están replanteando cómo ser iglesia, ante la "ausencia" de pastores. Quizá sea momento, como me decía un amigo, de crecer verdaderamente como laico, entrar a la madurez religiosa soltando la mano de los Maryknoll y de tantos otros miembros de la curia que los han acompanado desde hace 60 años.

Sea como fuere, la opción de retirar a los Maryknoll y, en general, la de replegar el trabajo preferencial por los pobres en el sur andino, es una noticia que entristece mucho y atenta contra la construcción del Reino.

En desagravio, el movimiento de Derechos Humanos les entregó a los Maryknoll el premio DDHH 2008 el miércoles pasado, en una ceremonia muy sentida.

A continuación publico la carta escrita por ellos en despedida.

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“DOY GRACIAS A MI DIOS CADA VEZ QUE ME ACUERDO DE UDS” (Fil 1,3)

CARTA  DE  LOS  PADRES  DE  MARYKNOLL A  LA  IGLESIA  DE  LA PRELATURA DE JULI

Queridos/as Hermanos y Hermanas:

Les escribimos esta carta no sólo para despedirnos sino sobre todo para agradecerles, felicitarlos y animarlos.

Desde 1943 los  Padres y Hermanos de Maryknoll estuvimos trabajando en la zona, aproximadamente unos 110 sacerdotes y hermanos, y además estaban las Hermanas de Maryknoll y los/as Misioneras Laicos/as de Maryknoll.
Nosotros aún estamos con deseos de continuar acompañándolos, sin embargo el Obispo José María Ortega nos ha comunicado en Junio del 2008 su decisión de no renovar el convenio con nosotros. El cual termina a fines de 2008. Ahora con pena y esperanza les escribimos esta carta para agradecerles y despedirnos de Uds. por todo lo que hemos compartido durante todos estos años.

Sinceramente les agradecemos por su acogida, paciencia, acompañamiento y hospitalidad. Con cariño les agradecemos sus enseñanzas. De manera especial agradecemos a nuestros queridos y recordados P. Domingo Llanque,  Monseñores Elio Perez, Edwardo Fedders y Alberto Koenigsknecht de feliz memoria, al Mons. Raimundo Revoredo y a los Padres Pedro Siguayro y Narciso Valencia, miembros de las comunidades religiosas y religiosos, los laicos y laicas y los grupos parroquiales y de pastoral con los cuales hemos compartido el camino de una dinámica Pastoral de Conjunto en la Prelatura y, por supuesto, a todos los amigos y amigas de la Iglesia del Sur Andino. En los últimos meses hemos recibido muchos gestos de aprecio y solidaridad con nosotros, cartas de apoyo y hasta firmas en  pronunciamientos. Por todo ello les damos las gracias con todo nuestro corazón.

Los felicitamos por su testimonio de
fe inculturada: su profunda y sentida práctica de la   Semana Santa, su devoción a la Virgen, sus fiestas patronales, su sed de bendición manifestada en el agua bendita, su cariño y respeto para con los difuntos, su entusiasmo por la Palabra de Dios, su integración de la riqueza de lo andino con lo católico universal, su valoración de la eucaristía y los sacramentos y su práctica de constituirse como Iglesia Pueblo de Dios en esta tierra andina.  Ya que según Juan Pablo II, quien dijo al episcopado de Kenya durante su viaje a África en 1980 “la inculturación será realmente un reflejo de la encarnación del Verbo, cuando una cultura, transformada y regenerada por el Evangelio, produce en su propia tradición expresiones originales de vida, de celebración y de pensamiento cristiano.” (Mensaje del Sínodo de los Obispos 2008. 15)

Así mismo, los felicitamos por priorizar en
su cosmovisión y sabiduría milenaria la armonía en todo, su gran  respeto y agradecimiento a la Pachamama, madre de todos, la vivencia de sus valores comunitarios y su búsqueda para una vida mas digna, una vida mejor,( juk´amp suma jakaña).

Los felicitamos por su esfuerzo y testimonio de familia, de organización y de comunidad, ya que en ellos expresan de forma notable sus  culturas andinas, sus  idiomas, su filosofía, teología, ciencia y tradiciones así como los valores de reconciliación, reciprocidad (ayni) y solidaridad.

Los animamos a seguir con  su compromiso y lucha para reafirmar la  vida  y dignidad humana mediante la promoción de los derechos humanos, la participación ciudadana, el desarrollo integral y sostenible de la Región, la defensa del  medio ambiente, la promoción de la mujer  hacia  una equidad de género
.  Los animamos a seguir con sus organizaciones sociales y en diálogo con el mundo globalizado para humanizarlo y hacerlo más solidario.

La situación en la que nos encontramos como discípulos de Jesús donde prima la desconfianza, la intolerancia, el autoritarismo y el abuso es también para todos una oportunidad para identificarnos cada vez más con Cristo crucificado y resucitado sabiendo que la muerte no es la última palabra. Será un reto el fortalecer la conciencia crítica, la libertad de los hijos e hijas de Dios (Gal 5, 1; Rom 8, 21), la creatividad, el compromiso a ser artesanos de la paz y el mantener los documentos del Vaticano II, y de los obispos de América Latina (CELAM) de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida como referentes y para estar atentos al Espíritu de Dios muy presente en medio de Uds.

Por último, al  despedirnos sabemos que quedan muchos
retos para la transformación personal, familiar y social y para la conversión constante a la Buena Nueva de Jesucristo Resucitado. Los exhortamos a que siempre recuerden cuán grande es el amor de Dios para Uds., que  en María Inmaculada “se hizo carne, persona e historia”(Sínodo de Obispos 2008. 3)  y que en Navidad nos invita a vivir como hijos e hijas de Dios, amándonos los unos a los otros como en nuestra convivencia con Uds. ampliamente lo  hemos experimentado.


                                                                Juli, 8 de diciembre del 2008
Firmamos sus hermanos en Cristo Jesús


Roberto Hoffmann M.M.                           Jaime Madden M.M.

Edmundo Cookson M.M.                           Miguel Briggs M.M.

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